Star Wars: Episode VIII - The Last Jedi (2017):
Sinopsis:
Rey desarrolla sus nuevas habilidades bajo la guía de Luke Skywalker mientras la Resistencia se prepara para la batalla.
Comentario:
Tan, tan, taran, tan taran... Después de tantas opiniones tenía muchas ganas de ver esta película, entonces lo hice online y con una calidad paupérrima, por lo tanto no pude aprovechar al máximo los efectos especiales. Muy probablemente la vuelva a ver con una mejor calidad de video y sonido con algún excelente subtítulo de esos que hacen los compañeros del foro.
Adelanto que me gustó mucho. E intenté sobre todo no compararla con las anteriores del universo Star Wars. Pero esto es inevitable, y en ese aspecto reconozco en ella la esencia que tiene la saga: la lucha del bien contra el mal. Mal que no solo se encuentra en los enemigos, sino también dentro de cada uno de los personajes. Y si lo consideramos un poco. ¿Quién -a pesar de considerarse una persona de bien- en alguna situación de frustración e impotencia no ha hecho o se ha visto tentado de hacer algo reprochable? Esto es más patente aún en la Alianza, que contando con pocos recursos se ve forzada plantearse métodos no muy aceptables de lucha, dónde se pone a prueba su fe, pues el motivo mismo de la rebelión es el de ser una objeción de conciencia al Imperio. Si en su afán por derrotarlo, cae en el uso de crueldad e intolerancia, se destruiría también a sí misma.
Algo que no tiene precio es la actuación de Mark Hamill -Luke Skywalker-. Lo “pintaron” como me lo imaginaba, ya mayor y después de haber sufrido tantas decepciones: severo, pero con un gran corazón. En una escena de la película -que no puedo contar para no hacer spoiler- se destaca y fue emocionante.
Puntaje:
9/10. Después de verla me quedé pensando sobre el título: Star Wars: Episode VIII - The Last Jedi. ¿Qué habrán querido decir con eso? Una película tiene que venderse, tiene que “autofinanciarse”, pero los que hacen Star Wars saben que ya tienen miles de seguidores y que no van a perdérsela. Para los creadores, va mucho más allá de los billetes. Y no obstante ello, deben adaptarse a los nuevos gustos y costumbres de un público variable. ¿Es la paradoja del último Jedi, permanecer en el cambio?